Situada en la costa meridional de Sicilia, en patentes de sanidad emitidas al menos entre 1792 y 1804, aunque se deduce de texto latino inserto en la misma que sería inicialmente grabado en Palermo el 27-4-1750, se representa una excelente vista de pájaro de la ciudad de Agrigento, extendida sobre colinas inmediatas al mar.
Su autor sería Salvador Hector, artista romano, escasamente conocido, que la representó protegida por una nutrida corte celestial formada por siguientes miembros:
Beato Mateo de Gimara o de Agrigento, fraile franciscano, amigo de san Bernardino de Siena, figura representado con una paloma posándose sobre su cabeza, báculo en su mano izquierda y la mitra en el suelo, por haber renunciado a su ejercicio episcopal. Fue beatificado por decreto del 21-2-1767 del papa Clemente XIII (1758-1769).
San Gerlando, obispo de Agrigento y patrono de la ciudad, en la que falleció el año 1100. Se venera como santo desde el año 1159. Desde el año 1305 la catedral de Agrigento se encuentra bajo su advocación.
San Nicolás/Nicola de Myra, por el lugar donde fue obispo o de Bari por la ciudad donde se trasladó su cadáver, a causa de la conquista islámica de Anatolia. Recibe culto de las iglesias católica, ortodoxa, copta y anglicana.
San Lorenzo, nacido en Hispania, fue ordenado diácono y martirizado el año 258, durante la persecución decretada por el emperador Valeriano.
San Efisio, militar romano de las tropas de Diocleciano (284-305), fue apresado y decapitado en Cerdeña, por su conversión al cristianismo.
Inmaculada Concepción, que preside a los protectores de la ciudad, en el centro de la corte celestial, con corona estrellada, bajo la presencia del Espíritu Santo que desciende sobre ella, pero sin representación angélica ni serpiente/satanás que pisar. Esta advocación mariana comparte con san Francisco de Asís la titularidad de la iglesia de Agrigento en la que se le rinde culto.
San Calógero eremita, venerado como santo taumaturgo por las iglesias católica y ortodoxa, también patrono de Agrigento, con hábito de la orden de san Basilio, cuya regla tendría presente san Benito de Nursia/Norcia para la redacción de la benedictina.
San Sebastián, militar romano que sufrió un doble martirio, representado con la palma correspondiente y flechas en la mano.
Santa Lucía de Siracusa, mártir cristiana durante la persecución de Diocleciano, figura con la palma del martirio.
Santa Rosalía de Palermo, santa del siglo XII, su culto fue difundido por la orden benedictina como protectora frente a las enfermedades infecciosas y a la peste.
San Roque, natural de Montpellier (Francia), fue ermitaño y peregrino, padeció la peste y es considerado, junto a san Sebastián, patrón de dichos enfermos; su culto se extendió a partir del siglo XIV. En la patente de Agrigento se le representa sin perro.
También resulta de gran interés por acreditar la memoria de la antigüedad de la ciudad de Agrigento, fundada en el siglo VI antes de Cristo, en la Magna Grecia, el recurso a las monedas griegas y romana de su ceca. Veamos brevemente las monedas insertas en la cenefa que sirve de base al grabado.
Moneda de la izquierda: Hemidracma en plata, acuñado entre los años 425 y 406 a. C.
Anverso: águila a derecha con alas desplegadas, devorando un conejo o ave menor.
Reverso: con cangrejo y bajo él dos peces.
Moneda central: valor cambiante según fuera acuñación de plata o de bronce.
Anverso: cabeza del dios fluvial Akragas con su cabello recogido por una cinta, a su izquierda figura el epígrafe AKRAGAS, en griego; con punteado circular perlado.
Reverso: águila con cabeza a derecha y alas replegadas sobre columna con capitel jónico y sobre ella seis globos en dos filas. En campo izquierdo cangrejo.
Moneda de la derecha: romana de mediados del siglo I a. C., acaso un denario de plata.
Anverso: trinacria o trisquel, formada por tres piernas flexionadas, que simbolizan las esquinas de Sicilia; la piernas están separadas por espigas de trigo.
Reverso: orlado por una corona de laurel figura la leyenda: “AGRI/GENTVM”.
La trinacria del anverso se inspira en monedas griegas de Asia Menor, acuñadas entre los siglos VI y IV a. C., que presentaban en el centro la cabeza de la Gorgona con sus serpientes. Dicho símbolo, con la citada cabeza en el centro, figura desde el año 2000 en la bandera oficial de Sicilia.
Completan el grabado, en la esquina superior izquierda el escudo del rey de
Sicilia, timbrado por corona real cerrada; dada la fecha en que fue delineado el grabado,
probablemente se trate de Carlos VII de Nápoles y Sicilia, el futuro Carlos III de
España.
En la esquina superior derecha se representa el escudo de la ciudad formado por
tres gigantes sobre una llanura, sosteniendo una plataforma con la representación de una
fortaleza de planta cuadrada con dos plantas, la inferior almenada; timbrada por corona
abierta.
Con esta excelente patente de sanidad la ciudad quedaría magníficamente
representada en cualquier puerto adonde llegaran las naves que zarparan de la misma.
Antonio Gil Albarracín
Doctor en Historia